Los temas de mi interés son variados. En algunas cosas podemos coincidir, en otras no. No necesariamente vamos a ser clones unos de otros pensando de una única forma y sin matices. Yo expongo mis valores, para mi son importantes y son el fruto de casi 40 años de reflexión. Pueden estar equivocados o necesitar un retoque, un aggiornamiento o un nuevo punto de vista. Pero ojo, no siempre lo nuevo es mejor. Y no siempre lo nuevo es justo y honesto. Yo sigo en mi misión autoimpuesta de tratar de exponer porque para mí son justos y honestos los valores que defiendo. Puedo equivocarme, pero lo hare buscando la justicia.

viernes, 12 de julio de 2013

De campañas progresos populismos y emprendedores.


Ahora que se acercan las elecciones, me cuesta cada vez más pensar en a quien confiar mi voto, amigos. Incluyendo, éticamente, a los candidatos de mi propio partido. ¿Por qué? Porque todos repiten la misma estupidez todo el tiempo.

Estoy harto de políticos (y no) boludos que cuando hablan, por ejemplo, de la ley de medios repiten como loritos "ah, pero no controlaron internet (como hicieron con las frecuencias y los canales de cable y aire quieren decir)"

¡Pelotudos!

¿Porque habría de controlarse? Comprendo que el espectro radioeléctrico es limitado, que no puede haber 20.000 radios o 40.000 canales de TV emitiendo a la vez en una zona determinada. Y hasta comprendo que alguien deba regular quien puede tener una porción de ese espectro y para que usarlo. Es un “recurso escaso”. Ok. Pero díganme, todos los Señores candidatos, ¿Por qué en nombre de Dios, quieren regular el cable? Si un cable no afecta el espectro. ¿Por qué me quieren decir que debo y que no debo y de qué forma debo emitir por un cable de tv que YO invertí y pago para mantener? Fascismo liso y llano.

¡Y menos aún internet!

En internet hay hoy literalmente cientos de miles de emisoras de TV y radio que nacen, compiten y mueren dignamente. ¿Por qué regularlo? Un concepto fascista, estúpido e irracional.  ¿Por qué no permitir que las viejas y probadas leyes de la oferta y la demanda regulen este espacio? No digo que dejen el ciberespacio a la vera de Dios. Vigilen a pedófilos y estafadores, pero no lo regulen. Atentan contra la esencia misma de la Internet  moderna.

Mentalidad fascista pedorra.

O populista, si lo quieren llamar con el nombre que le dan hoy a esa evolución mix del fascismo musoliniano y el stalinismo.

Y la cosa no está mejor entre esos idiotas que se dicen Progresistas. No tienen idea de que es eso. Ninguna. Eso sí, ¡queda tan lindo decirse progresista! Pero después, séanlo. Aun no entiendo ¿porque razón vienen una y otra vez con proyectos de leyes que fracasaron décadas atrás mundialmente? ¿Por qué ese espíritu tan latino-fachista de pretender controlar todo, de obligarte a "estar en caja"? ¿Porque no pensar fuera de la caja para variar? Y antes de que alguno me lo diga, por caja entiendo una construcción mental que restringe el pensamiento a un conjunto de ideas o frases comúnmente aceptadas. Una clara forma de esa caja es el pensamiento “Políticamente Correcto”.

Pero sigamos. Otra boludez atómica, no tiene sentido negarlo, y que se recita como un mantra, es "no se ponen impuestos a la renta financiera" ¿Entienden estos boludos repetidores que es eso? ¡Ni en pedo!

El político populista es un “envidioso serial”. O peor, un vehículo de transmisión de envidias ajenas de aquellos que por lo general envidian pero no mueven un pelo por hacer. Al que gana (siempre hablando del que lo hace limpiamente) hay que bajarlo.

 Nunca, nunca, nunca, nunca escucho a un político latino decir cómo va a subir la productividad del país o de un sector. Nunca. Solo dicen cómo van a gravarte a vos, o a tu empresa, si le va bien. Porque siempre, siempre, siempre, siempre el Estado latino-fachista está ávido de dinero.

Si Bill Gates hubiera fundado Microsoft acá, el “envidiador serial” pondría un impuesto a las empresas q producen software de sistemas operativos. Si Ford en lugar de haber producido su “Modelo A” En EEUU lo hubiera querido hacer en el país, un pelotudo progresista bregaría por ponerle docenas de impuestos que a la larga harian que su auto del ciudadano común costara mas que una Ferrari. Así, su pequeña y envidiosa alma sentiría que redistribuyó la riqueza, aunque funda la fabrica de Ford en el camino.

Por eso el país y la región están como están. Cero competitividad. Nada de productividad. Ningún estímulo al emprendedor. Puros mantras. "gravar la renta financiera", "ayudar al menos favorecido", “redistribuir la riqueza”.

Yo me pregunto, ¿Qué hacen, qué proponen para terminar con las empresas prebendarias y favorecer ese capitalismo que ha producido más clase media que pobres en el mundo? Porque aunque me salten al cuello los izquierdosos y marxistas, los países con más pobreza no son los Capitalistas. Y este gran país nac&pop tiene más desigualdad que muchos países (por ser magnánimo y no decir todos) capitalistas. Pero siguen escupiendo esa tontería del "Capitalismo opresor" y viviendo en esa nube de irrealidad.

Lo que pasa, entre los argentinos es que somos unos reverendos cagones. Queremos un “Estado papá” que nos proteja de las cagadas que cometemos. Que nos cuide todo el tiempo y brinde desde Educación hasta operación de lolas. Lo que conseguimos es una “madre castradora” Un “Estado castrador” que te cuida tanto que te deja morir a manos de delincuentes o te somete a señores feudales locales. Que te da una educación de decima categoría o una Salud que mata mas gente por enfermedades hospitalarias de las que cura. ¡Eso sí! tenés “Planes trabajar” y “Asignación Universal por Hijo”

“No dejamos a nadie atrás” como los Ranger. Pero no dejamos que nadie salga adelante con riesgo y esfuerzo. Solo triunfan los amigos. Y no me digan que no es así. Tan así que subsidiamos empresas quebradas e improductivas a raudales. Cuando bloqueamos las quiebras, salvamos a algunos que arriesgaron y cayeron, pero salvamos a muchísimos que especularon con ella y ganaron cagándonos en el proceso.

¿Qué logramos?

Un puto país donde se castiga al emprendedor. Se lo aplasta si gana y se lo aplaude cuando "arregla". Un país que no tiene ya la dinámica social que la convirtió en meca de muchos inmigrantes. Porque esta no depende de voluntarismos sino de hechos. Si no podes disfrutar las ganancias, no arriesgas. Y estas ganancias no son necesariamente han de ser en dinero. Pueden ser una casa más linda, un auto más equipado, viajes, o una mejor escuela para tus hijos. Pero seguimos hablando de una teoría progresista cuya  influencia proviene de... ¿a quién le importa? Si es un fracaso, ¿a quién le importa a quien se le ocurrió?

Salgamos ya de esa trampa. Exijamos a nuestros políticos propuestas y no slogans. Propuestas y no voluntarismos. Apoyo al emprendedor en forma de leyes que favorezcan el riesgo y seguridad de saber que disfrutará de sus beneficios. No subsidios que pagamos todos y que siempre benefician a amigos.

miércoles, 3 de julio de 2013

De politicos, entrevistas y Constituciones


Escuchaba a un periodista decir que en las elecciones que vienen y en las del 2015 hay una lucha entre dos sistemas de gobierno. Uno democrático republicano y otro democrático a lo chavista.

¿Y saben que me preocupa?

Que ninguno de los  políticos que participaban en la entrevista dio la respuesta que correspondía dar: No existe ni puede existir ningún choque de sistemas de gobierno en nuestro país. ¿Por qué? Porque ese tema queda saldado en cualquier país al dictarse una constitución. Si existe una pugna de sistemas de gobiernos, es porque un partido o partidos intentan obrar por fuera del sistema.

La Argentina en 1853 eligió el sistema Republicano, Representativo y Federal. Punto. Cualquier partido político que decide participar en las elecciones. Cualquier político que decide postularse a un cargo público, debe si o si aceptar esto o simplemente retirarse.

No estamos en un país en formación. No es un momento fundante o refundante, por más que muchos políticos ego maniacos crean que están refundando una nación. Cualquier argentino que hoy intenta gobernar este país debe aceptar que ya tiene un sistema de Gobierno y que, si bien se pueden discutir derechos o actualizar leyes que han quedado retrasadas, el Sistema de Gobierno Republicano, Representativo y Federal, con la división de poderes en 3 patas contrabalanceadas no puede ni debe formar parte de ningún intento de reforma. Es así de simple, así de terminante y así se debería interpretar por políticos y constitucionalistas. Y no porque yo lo diga, sino porque así debe ser. Nadie empieza a jugar un partido de futbol y a mitad del partido decide cambiar las reglas de juego porque no lo benefician. Nuestro partido empezó en 1853 y se puede cambiar el color de las camisetas, o la tela, pero no decidir cambiar futbol por rugby.

Tristemente, aquellos que deberían demostrar madurez y sostener el sistema, con su docencia o sus hechos, tienden a destruirlos o erosionarlos para su beneficio apenas son elegidos. En un país sano, la propia Corte Suprema debería impedir de oficio cualquier intento de erosionar el sistema de gobierno que nuestros padres fundadores eligieron para nosotros. En un país sano. La tristeza es que la podredumbre a la que ha llegado el pueblo y sus representantes han llevado a una tensa espera sobre una declaración de inconstitucionalidad de una o varias leyes que debieron ser declaradas de oficio inconstitucionales en el mismo momento en que fueron votadas. Más aun, en un país sano, a nadie se le ocurriría votar una ley como la de Reforma Judicial, que viola todos los preceptos básicos de la división de poderes que nuestra Constitución consagra. Y nadie interpretaría que cuando se garantiza la libertad de imprenta en una Constitución votada cuando el único medio era la prensa escrita, SOLO se garantizaba la libertad de imprenta, sino la de medios.   En este país enfermo, una Corte blanda, cobarde, acomodaticia y negociadora dejó a la Republica al borde de una dictadura y hoy condena no solo a los medios y con ellos a nuestra libertad de expresión, sino que condena nuestros derechos al socavar el precepto de derechos adquiridos.

Un país enfermo, con políticos incultos, ambiciosos, enfermos de poder y ansiosos de ocupar el lugar de los que están por el mero hecho de adquirir el poder que el que estaba antes poseía. Y quizás adquirir más. Cambiar esas ideas, reencausar el espíritu republicano democrático y terminar castigando y expulsando o encarcelando aventureros y políticos delincuentes es la verdadera refundación que este país, asolado y devastado por estos enemigos de todos, precisa.